viernes, 31 de julio de 2009

El curioso caso de la mezcladora

Se ve que la sociedad todavía no está preparada para el mundo 24x7, mobile, global, just in time, y toda esa sarta de sandeces que nos dicen para vendernos los beneficios de el mundo moderno y la economía de mercado. La prueba más evidente de eso es que cuando decidí comprar la consola mezcladora, y de alguna manera rubricar el proyecto del estudio, se me ocurrió hacerlo por teléfono y esperar el delívery.

Llamé un lunes a las diez y encargué la consola. Tras hablar con la telefonista todo parecía súper sencillo: bastaba con esperar el envío con el efectivo en mano para ese mismo día por la tarde.
Tarde que transcurría entre apacible y ansiosamente cuando recibí el llamado indicándome que la entrega no podría hacerse esa tarde, sino que tendría lugar al día siguiente, en horas del medio día. Imaginense a un niño esperando a su primer bicicleta: él por lo menos podría darse el lujo de hacer un pequeño berrinche, pero yo no encontré más descargo que escribir esto tiempo después. Cuestión que me la tuve que bancar hasta el día siguiente.

Martes era ya, y cerca del mediodía recibí el llamado: el intercambio habría de hacerse en la esquina, ya que el mótorman no tenía dónde estacionar. Resultó ser este un factor no menor, ya que cuando en plena vereda me hice de la caja y entregué la papota no me percaté de que el modelo de consola que me estaban entregando no era precisamente el que yo estaba pagando. La diferencia nominal es mínima: Xenyx 1024 a secas en vez de Xenyx 1024FX. Sólo me di cuenta cuando de vuelta en la oficina me puse a curiosear la caja. Llamada al local y "no te lo puedo creer" y "disculpame, por favor" mediante, la telefonista me comunicó que por la tarde me enviarían el modelo correcto.

A esta altura se imaginarán que no llegó esa tarde como me habían prometido, pero calculo que no se imaginan que cuando vino, si bien era el modelo correcto, me trajeron una caja maltrecha, abierta, y con faltantes en el contenido. Sí, la consola estaba, pero faltaban cables, y los que venían tenían pinta de haber alimentado una tele blanco y negro durante por lo menos dieciocho años; además, y casi a modo de burla, me habían mandado sólo uno de los dos accesorios para montar a la consola en rack. Resumiendo, me mandaron la consola que usaban para la actividad secundaria de animación de fiestas infantiles.

Vuelta a llamar al local, y ahora la telefonista me pasó con un sujeto masculino bastante menos afable al trato. Tras varios intentos de convencerme de que me quedara con lo que me habían encajado, el tipo accedió a cambiarme la mezcladora, pero avisando que en este momento no tenían en stock el modelo (¡Noooo! ¿En seriooo? - léase ingenuidad fingida).
A esta altura del relato vale la pena aclarar que la tienda queda a una horita cómoda de viaje en transporte público tanto de mi casa como de mi laburo, con lo cual espero se entienda mi interés en no tener que arrimarme jamás hasta allá. Arrime que al que me conminaron al día siguiente, cuando después de haberme confirmado que me traerían la consola por la mañana me negaron el envío por la tarde.

Mi vecino de escritorio ya lo había previsto:

- En vista de los síntomas que usted me comenta, veo un claro caso de garrón. -diagnosticó.

Otro dato importante, es que dado que yo ya había largado la plata, me veía com pli ca do para negociar, así que muy ligeramente tuve que endurecer mi postura tras lo que, milagro, apareció una unidad del modelo en stock la cual por supuesto no me enviaron ese día.

Final feliz: el viernes conseguí mi consola, y afortunadamente se evitó la complicación del garrón en desgracia.

Por suerte no era lupus.


3 comentarios:

Suaznabar dijo...

La verdad, estas cosas nunca pueden ser ficción ya que para eso tenemos (Y nos sobra con) la real realidad.

Tanto despiole por un par de letritas, que además se consiguen en algún canal de la tv por cable, mi amigo.

¿En algún momento te dijeron que el que trae el prefijo FX es el para grandes hombres?

Suerte en todo con el aparato.

Gustavo dijo...

Definitivamente es para grandes hombres: tamaño Peter Griffin.

5thramone dijo...

Tengo otro claro caso de garrón autóctono (garronis sudamericanae tipo I). El celular LG KF300 presentó síntomas alarmantes a primeras horas del sábado pasado (anemia pantallezca que derivó en colapso súbito).
El cuadro de garrón se presentó como en los libros, por eso la rapidez y exactitud del diagnóstico:

a. En el servicio técnico oficial (!) me derivaron a otro lugar "porque tenían muchas demoras"

2. El horario de atención de ese otro lugar fue erróneamente comunicado y me clavé yendo un sábado por la mañana al microcentro

III. En ese mismo lugar se me derivó a un tercero, avisándome que NO HAY REPUESTOS para el celular. En otras palabras que me llame feliz si me lo cambiaban por otro

4. Hoy iré a ese tercer lugar a ver cómo evoluciona el cuadro

Me despido hasta la próxima con una sencilla pero efectiva (características primohermanas) reflexión: "Tanto cuesta hacer las cosas bien?"